si lo sé no salgo

 

Era el evento Poppy del año, un gran día, la luna brillaba y nos sonreía como el gato de Alicia, Ay, ingenua de mi, por creer que aquello auguraba algo bueno.

Fuimos al lugar a la hora citada, la ocasión inmejorable; Milkiway, la Cola jet Set, LKan, La monja enana, podría seeer, el mejor día de mi vida, pero ni tu estás por mí, ni lo será, y me refiero a ti, maléfico destino, que me castigas, por ignorarte y crear una realidad paralela, en la que te usurpo todo tu poder; me gustaría decir que me vengaré, pero no puedo.

El resto de la noche la pasé como un ciego sin bastón que baja de un carrusel, dando tumbos por esta ciudad hambrienta, que te devora cuando pierdes el compás de su agenda, para acabar de la mano de las malas compañías, a las puertas del mismísimo infierno, vestida de poppy, en una sala para Goths; ¿un pulpo en un garaje?, no, cualquier cefalópodo (terrícola o no), se encontraría enormemente más integrado en una cochera, que yo en aquella sala, con mis resplandecientes pantalones color verde guisante, y mis zapatos de charol, destacando más que una clarisa en la movida, entre aquellos zombis bicolor. Por primera vez en mi vida, entendí lo que nos quería decir Valle-inclán con el esperpento.

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